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El envejecimiento de las ciudades españolas, ilustrado en estos mapas a través de sus edificios

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El envejecimiento de las ciudades españolas, ilustrado en estos mapas a través de sus edificios

Una ciudad es el resultado de centenares, cuando no miles, años de evolución. Y el urbanismo varía, se adapta, se modifica en función de las necesidades de cada tiempo, del modelo de ciudad y de la tecnología disponible. Dicho de otro modo, las ciudades envejecen.

Y en este inexorable paso del tiempo, las cicatrices de la historia son bien presentes. No es lo mismo pasear por el casco antiguo de Barcelona que hacerlo por el ensanche. Hay un cambio de paradigma. Si nos adentramos en las barriadas de Sant Andreu o de Santa Coloma, el paisaje habla de otro tiempo, de otra sociedad, de otro estrato, pero también de otro espacio urbano. Lo mismo sucede en Ciudad de México, en Cuzco o en Manizales.

Ahora bien, datar de forma exacta el envejecimiento progresivo de una ciudad y visualizarlo de forma simple, más allá del paseo que podamos dar a lo largo de nuestra urbe, no es tan sencillo. ¿Cómo hacerlo? Con mapas, obviamente. Tan brillante idea se le ocurrió a Daniskarma, un usuario de Reddit que compartió en r/DataIsBeautiful cuatro mapas de cuatro ciudades españolas en los que mostraba en colores distintos las edades de los edificios registrados.

El resultado es fascinante, y la metodología relativamente sencilla. "Toda la información de los mapas viene del Catastro de España", nos explica. "Es completamente libre aunque para hacer una descarga manual de toda la cartografía de un municipio hay que tener un certificado digital (el cual es gratuito y cualquiera puede hacerlo)". Gracias a la base de datos del catastro, es posible replicar los mapas en, virtualmente, cualquier otra ciudad de España.

Ciudades2 El grueso del casco y el ensanche de Barcelona.
Ciudades3 Madrid, centro.

Los mapas son un viaje por las cicatrices, las señales del tiempo, de las ciudades. En Madrid y Barcelona el resultado es muy obvio: los centros históricos están repletos de edificios anteriores a 1900 (los más oscuros), contando ambos con cascos históricos relativamente grandes. El de Barcelona, sin embargo, es mucho más significativo, dado lo vetusto de la ciudad: casi el 10% de los edificios de la ciudad son previos al siglo XX. No sólo el casco, también el ensanche. 

Ciudades4 Barcelona en detalle.
Ciudades5 Madrid en detalle.

Prueba de su histórico dinamismo y de la grandilocuencia de la ciudad mucho antes de su apogeo industrial y demográfico. Este último es evidente en las cinco ciudades (Valladolid, Las Palmas de Gran Canaria y Valencia, de otro usuario, son las otras tres que aparecen): es en los sesenta cuando se produce el boom demográfico de las ciudades, recogiendo a grandes bolsas de población provenientes del campo. Se instalan en la periferia del casco antiguo, en edificios desarrollistas franquistas.

El porcentaje de edificios de esa década es, por tanto, el más alto en la mayoría de los casos, llegando a representar el 20% en el caso de Barcelona y el 23% en Madrid.

Ciudades6 Valencia.
Ciudades7 La peculiar forma de Las Palmas, también condicionada por su geografía.
Ciudades8 n Valladolid los edificios muy antiguos se combinan, en el casco, con otros mucho más modernos.

Barcelona es el caso más particular, ya decimos, por su carácter tan histórico. Y por estar tan limitada por su geografía: enclaustrada entre el mar y la montaña, la mayor parte de los edificios son rojos o morados, y hay muy pocos amarillos, al contrario que en Valencia o en Madrid, ciudades más llanas donde las montañas no cortaron el desarrollo urbanístico de la urbe de igual modo. En Madrid es especialmente interesante observar la construcción en los 60 y 70 de los antiguos barrios chabolistas.

Para su realización, Daniskarma se ha valido de QGIS, un software que trabaja con Sistema de Información Geográfica. "He usado un plugin para descargar la cartografía y los datos del catastro llamado Spanish Inspire Catastral Downloader, que permite simplemente introducir el municipio deseado y te descarga todo lo necesario. Con esto sacar los planos es sencillo, simplemente se le pide al programa que coloree los edificios en función de su año de construcción, se elige una paleta de colores y listo", cuenta.

Las imágenes, completas

Ciudades9 Barcelona.
Ciudades10 Valladolid.
Ciudades11 Madrid.
Ciudades12 Las Palmas.

Una versión anterior de este artículo fue publicada en octubre de 2017.


Todos los cables submarinos que conectan al mundo, a la vista en este estupendo mapa interactivo

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Todos los cables submarinos que conectan al mundo, a la vista en este estupendo mapa interactivo

De un tiempo a esta parte, Internet es tan consustancial a nuestros días como el aire que respiramos o el agua que sale del grifo. Se da por sentado. Y como la mayor parte de las invenciones que la humanidad ha logrado convertir en un éxito irrenunciable, jamás nos preguntamos de dónde sale Internet exactamente. Cómo llega a nuestras casas. Cuál es la infraestructura que lo sustenta.

Al contrario que las conexiones móviles, que llegan vía satélite, la fibra y la red a través de la que lees este artículo llega a través de algún cable submarino. Su historia es la de un crecimiento exponencial desde sus orígenes a principios de los años noventa hasta la actualidad, donde virtualmente cualquier rincón del mundo está conectado. Y aunque no los vemos, poco a poco se han convertido en las otras autovías de los océanos.

Submarine Cable Map es un pequeño proyecto que ilustra las numerosas redes y los numerosos trayectos que atraviesan los cables submarinos del mundo. Desde los rincones más densos de la geografía de la conectividad hasta las líneas solitarias que llegan a los remotos archipiélagos del Pacífico Sur. Un festival del cable que cada año es más y más intenso y que es utilizado por diversas compañías para ofrecer a nivel global sus servicios.

A los muchos cables ilustrados en el mapa hay que sumar otros tantos ahora en construcción. Nada extraño si tenemos en cuenta que vivimos en la epopeya del vídeo, del contenido audiovisual vía conexión (gracias, Netflix) y de los servicios streaming. Cada día utilizamos más datos, y los numerosos cables surgen para mantener el sistema. Se calcula que en 2016 circuló por todo el mundo un a zetabyte. Algo sólo concebible gracias al millón de kilómetros de cable submarino. 

Cables 2
Cables 3

En el mapa se puede acceder a la tipología de cada mapa, a las empresas que los utilizan y a los diversos "landing points", tomas de tierra, a los que llegan. Naturalmente, hay patrones ya presentes en otros mapas de tráfico marítimo: la conexión transatlántica entre Europa y Estados Unidos es intensísima, así como la antigua ruta de transporte entre el Mediterráneo, Suez y la India. Se puede decir lo mismo del intenso follón de Japón y del Mar de la China Meridional.

La imagen tendrá que actualizarse conforme nuevas líneas pueblen y pueblen más canales. Conforme utilicemos más Internet. Todas ellas nos permiten estar conectados día a día. Aunque no las veamos.

Cables 4
Cables 5
Cables 6

Una versión anterior de este artículo fue publicada en octubre de 2017.

Historia ilustrada del Universo: los mapas que muestran cómo hemos imaginado el cosmos durante siglos

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Historia ilustrada del Universo: los mapas que muestran cómo hemos imaginado el cosmos durante siglos

Los siglos a caballo entre el fin de la Edad Media y el inicio del Renacimiento representaron un punto de no retorno en la cosmovisión filosófica y el desarrollo artístico de Europa. La conquista América, sumada a multitud de avances técnicos y científicos, revolucionó el modo en el que los europeos se veían a sí mismos y a su posición no ya en el mundo, sino en el orden natural de las cosas. En el universo. Los tradicionales cánones católicos atravesaban una crisis sin precedentes, y las gentes de Europa comenzaban a romper los estrictos límites de pensamiento impuestos por la Iglesia durante siglos.

Era, en muchos sentidos, un despertar.

No puede sorprender pues que la ciencia cartográfica cambiara para siempre durante los siglos XV, XVI y XVII. Desde la proyección de Gerardus Mercator hasta la primera representación de la Luna elaborada por Johannes Hevelius, pasando por las exquisitas plantas urbanas de Braun y Hogenberg o los primeros mapas de América, la imagen que los europeos tenían del mundo estaba cambiando. Sus representaciones, siempre preñadas de interpretaciones políticas y culturales, abrían un horizonte de infinitas posibilidades. La exploración marina y el descubrimiento de una vasta tierra por conquistar incentivaron el desarrollo de mapas cada vez más imaginativos, precisos y bonitos.

Como es natural, esta revolución ideológica se trasladó también al modo en el que los humanos imaginaban el Universo. Los trabajos primero de Copérnico y más tarde de Galileo volarían por los aires el modelo cósmico elaborado por Ptolomeo y defendido a capa y espada por la Iglesia desde la Edad Media. Dios ya no era el centro de todas las cosas, sino el ser humano; la Tierra ya no estaba en el centro del Universo, sino el Sol. Se movía. En el siglo XVI chocaron ideas antagónicas sobre la forma del cosmos, y muchas de ellas germinaron en mapas excelsos.

Todo este proceso es objeto de análisis en una exposición virtual elaborada por la Librería Nacional estadounidense. Titulada "Explicando y Ordenando los cielos", la muestra recopila mapas del Universo elaborados durante el renacimiento y los años posteriores a las teorías de Copérnico, así como otras cartografías cósmicas elaboradas tanto en siglos anteriores como culturas de todo el planeta. Desde las ilustraciones budistas de la misma época hasta los primitivos globos elaborados por los persas siglos atrás, todos ellos condensan la multitud de visiones que el ser humano ha proyectado más allá del firmamento desde el inicio de los tiempos.

En los mapas se cruzan elementos religiosos, técnicos, morales y científicos. Muchos de ellos tienen un afán moralizante, y muchos otros funcionan como un orden visual no ya del Universo, sino del propio mundo y de la propia sociedad humana. Algunos, como los elaborados por Descartes, entran en el terreno de la abstracción visual y filosófica. Otros, como los diseñados por Konrad von Megenberg en el siglo XIV, trasladaban de forma simple y colorida el orden de los cielos al pueblo llano. Todas y cada una de ellas representan una idea, un pulso cultural, la proyección de una forma de interpretar la existencia humana y la naturaleza salvaje.

Aquí va una pequeña colección.

El Atlas de William Cuningham (1559)

Atlas Publicado por primera vez en "The Cosmographical Classe", tomo editado por John Day en 1559, la ilustración Representa al dios griego Atlas, vestido como un rey antiguo, sosteniendo una esfera armilar al modo del universo. La imagen aún proyecta una imagen del universo ptolomeica, con la Tierra en su centro. A su alrededor, las esferas representan el aire, el fuego, los planetas y las estrellas.

Un regalo para Carlos V (1540)

Emperor Más colorido, Petrus Apianus publicó su particular visión del cosmos en 1540, en un trabajo titulado "Astronomicum Caesareum" y dedicado al por aquel entonces emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Carlos V. También bebe del sistema ptolomaico, y coloca a la Tierra en el centro de la esfera, con el sol orbitando a su alrededor. Se trataba de un mapa móvil, en el cual los distintos anillos (meses, días, semanas) se podían mover. Estas piezas de papel se llamaban "volvelles", y eran bastante populares en las cartografías cósmicas de la época, mitad descripción, mitad herramienta práctica.

El heliocentrismo de Copérnico (1543)

Copernico Uno de los documentos más revolucionarios de la historia del ser humano. En 1543, el mismo año de su muerte, Nicolaus Copernicus publicó "De Revolutionibus Orbium Coelestium", tomo uno, un extenso trabajo astronómico en el que cuestionaba el modelo ptolomeico del universo y apostaba por uno heliocéntrico. Sus teorías fueron muy controvertidas y disputadas por la Iglesia, aunque a la postre se revelaron como ciertas. Su mapa es simple, y dibuja el Sistema Solar de un modo muy similar a como lo llevamos haciendo desde entonces.

Los cuatro elementos (1486)

Elementos "De proprietatibus rerum" fue imaginado por Bartholomaeus Anglicus durante en 1486. Su representación del universo, previa a las anteriores y aún anterior a la Reforma o a la publicación de las obras de Copérnico, sigue un rígido esquema ptolomeico, preñado aquí de ideas aristotélicas. El cosmos estaría conformado por las cuatro materias esenciales del orden natural, la tierra, el fuego, el agua y el aire, sustancias todas ellas de una única originaria: la materia primitiva. Es este un estertor de la cosmovisión medieval, una representación más ideal que científica del firmamento.

La abstracción de Descartes (1644)

Descartes Abiertamente contrario a los descubrimientos de Newton, Descartes rechazaba la idea del "vacío" espacial, y abogaba en su lugar por un concepto de estrato aristotélico llamado "plenum". Una suerte de continuidad existencial, la materia se expandía por el universo motivando el movimiento de los cuerpos celestes en un complejo orquestado por Dios y plasmado en este dibujo tan abstracto como fascinante. Fue publicado por primera vez en "Principia philosophiae", en 1644.

Los colores de Von Megenberg (siglo XIV)

colores Una de las piezas europeas más antiguas incluidas en la colección. Fue imaginada por Konrad von Megenberg, un estudioso multidisciplinar medieval del siglo XIV. Esta peculiar descripción del cosmos apareció por primera vez en "Buch der Natur", su obra magna sobre la historia natural de la Tierra y los cielos, publicada muchos años después de su muerte (en 1481). Von Megenberg optó por una descripción muy lógica para las gentes del medievo: la Tierra, el firme, abajo del todo; y por encima, coloreadas con vivos pigmentos, los diferentes cuerpos celestes por encima de ella, en el cielo. Arriba del todo, los santos. Ante todo, Megenberg era un ferviente católico.

Cosmología budista (1842)

Mapa Budista Diseñado por Zonto, monje budista de siglo XIX, este mapa cosmológico budista incluye una pequeña cartografía del mundo conocido donde India, China y Japón figuran en el centro del tablero, y donde Europa y América tienen tamaños mucho más reducidos. El mapa está constreñido por los siete niveles del infierno y los siete niveles del cielo, y se completa con descripciones de palabras reales y mitológicas de la religión budista. Se trata de una descripción visual de la filosofía budista completada por otros dos pergaminos de gran tamaño, y fue publicado en Japón en 1830.

Los cielos budistas (siglo XVIII)

Burma Una descripción de los cielos acorde a la escuela Theravāda, la más antiguas de cuantas existen en el budismo y predominante hoy en día en el sudeste asiático. Este manuscrito del siglo XVIII, en concreto, procede del actual Myanmar. En él, observamos los "cielos" del budismo, estaciones temporales donde cualquier ser sintiente puede migrar de un cuerpo a otro (ser humano, animal, figura supernatural, etcétera) antes de acceder al destino final, el Nirvana. Los cielos aquí se representan como palacios fastuosos.

Astrología tibetana (siglo XX)

Universo Tibetano Una pieza muy reciente, de finales del siglo XX. Se trata de un "Srid pa ho", un esquema divino muy común en la cultura tibetana. Se cree que la introducción de estas ilustraciones astrológicas beben de la influencia china, tan temprana como en el siglo VII. La figura central es una tortuga gigante sobre la que se despliegan diagramas geométricos representando los nueve cuadrados mágicos y los símbolos de los ocho planetas.

Las constelaciones clásicas (1729)

Constelaciones Buenas Elaborada por Reiner Ottens en 1729, la ilustración une los puntos de las constelaciones clásicas y transforma sus figuras en virtuosos dibujos. Era una representación muy común en la Europa moderna: un firmamento no guiado tanto por el interés científico o cartográfico como por el deleite visual y la mitología clásica. Este es uno de los muchos mapas incluidos en un compenio de siete volúmenes dedicado a la cartografía celestial y geográfica, y titulado "Atlas maior cvm generales omnivm totius orbis regnorvm".

Un calendario azteca (siglo XVIII)

Calendario Azteca Y por último, un pequeño calendario azteca reconstruido por Fernández Echevería y Veytia en "Historia de las gentes que poblaron la América septentrional", publicado en el siglo XVIII. La ilustración se basa en los documentos escritos descubiertos antes de 1521, e ilustra una clásica rueda en la que se representan 260 días a lo largo de treinta meses, tal y como se contaban en el calendario azteca. El calendario aquí incluye símbolos de toda clase, empleados por los sacerdotes aztecas para determinar los días sacros en los que organizar bodas y otras ceremonias importantes.

El mapa de la pobreza extrema: así se reparte en los distintos países del mundo

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El mapa de la pobreza extrema: así se reparte en los distintos países del mundo

Pese a los ingentes avances materiales cosechados por la humanidad en los últimos setenta años, un buen pedazo de la población mundial sigue sufriendo condiciones económicas paupérrimas. Alrededor del 9% de las personas que habitan la Tierra viven bajo el umbral de la pobreza extrema. Es decir, su capacidad adquisitiva está por debajo de los 1,9$ al día. Se trata de uno de los problemas más acuciantes del planeta, y uno que Naciones Unidas aspira a erradicar en las próximas décadas. Un objetivo loable, y en cierto sentido optimista.

Como explican en Our World in Data, la pobreza extrema era hasta hace un puñado de décadas la condición por defecto de la mayoría de la humanidad. A mediados del siglo XIX más de un 80% de la población global sufría condiciones de absoluta carencia, y el desarrollo y el bienestar sólo alcanzaba, como había sucedido durante la mayor parte de la historia humana, a una reducida élite. Esto comenzó a cambiar a principios del siglo XX, cuando la industrialización extendió ciertas mejoras económicas a nuevas capas de población.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el número absoluto de personas no-pobres superó por primera vez al de personas pobres. La recta final de la centuria observó el incipiente desarrollo de los dos gigantes demográficos del mundo, China y la India, y su erradicación casi total de la pobreza extrema (que no de la pobreza: dónde elijamos colocar el umbral de los recursos insuficientes es otra cuestión). Aquel boom económico permitió reducir el volumen total de extremadamente pobres a marchas forzadas. En 1980, el Banco Mundial, el organismo que mide el fenómeno, calculaba que el 44% del mundo vivía en la más absoluta de las miserias.

En 2015, la cifra no superaba el 10%.

Es un progreso admirable, pero uno insuficiente. Y uno muy mal repartido. Gran parte de África sigue atascada en un desarrollo muy limitado. Pese a que la pobreza extrema ha dejado de ser la norma en los países del sudeste asiático, en China y en la India, además de en el resto de continentes, en África la historia es distinta. Hay más personas viviendo en mejores condiciones que hace algunas décadas, pero su número de habitantes incapaces de superar el umbral de los 1,9$ sigue siendo altísimo. Y si bien la pobreza sigue bajando, el descenso se ha frenado en los últimos años, algo que afecta directamente a millones de africanos.

Es lo que explora este estupendo gráfico de HowMuch, la publicación dedicada a visualizar la escala de los fenómenos económicos y financieros del planeta. En su mapa, ilustran qué países retienen a un mayor porcentaje de personas por debajo del umbral de la pobreza extrema (en relación a su propia población) y el número absoluto de extremadamente pobres. Algunos resultados sorprenden. En materia porcentual, ningún país tiene a más personas en la miseria más absoluta como Corea del Norte: lidera la escueta categoría de los países donde más del 70% de la población no supera el umbral mínimo.

Charting Extreme Poverty Around World (How Much)

Le siguen de cerca otros sospechosos habituales, tales como Somalia, el estado-fallido por excelencia, Burundi y la República Centroafricana, dos de los países más disfuncionales del planeta. Ninguno de ellos tiene el récord absoluto. Este sigue perteneciendo a la India, con unos 73 millones de personas bajo la pobreza extrema. Sin embargo, merece la pena remarcar que esta cifra solía ser mayor, y que a día de hoy el porcentaje de indios por debajo de los 1,9$ se encuentra entre el 5% y el 10%. Muy lejos de los países donde el fenómeno es más general y alarmante.

El caso más dramático es el de la República Democrática del Congo. Es una de las naciones africanas más pobladas, y lleva más de treinta años sumida en una calamitosa guerra civil (con brotes esporádicos de ébola y otras epidemias). Según el Banco Mundial entre el 68% de su población vive en la pobreza más extrema, lo que combinado a su importancia demográfica resulta en 58 millones de personas. Yemen (18,4 millones), Madagascar (18,3 millones), Mozambique (15,3 millones) y Malawi (12,2 millones) le siguen en esta categoría. Son los únicos países donde aún hay más personas por debajo que por encima de la pobreza extrema.

Nigeria, con 62 millones de personas por debajo del umbral, es otro de los casos más graves: entre el 30% y el 40% de su población sigue siendo extremadamente pobre. A su mismo nivel están Tanzania (18 millones), Uganda (15 millones) o Afganistán (14,2 millones), uno de los pocos casos asiáticos en porcentajes tan elevados. Entre el 10% y el 20% aparecen otros casos llamativos, como Etiopía o Sudáfrica (tradicionalmente dos países por encima de la media africana en desarrollo), Venezuela (4,6 millones, primer latinoamericano), Camboya (2,3 millones), Honduras (1,4 millones) o pequeñas naciones pacíficas como Vanuatu o Kiribati.

India Y Otros
Pobreza Menos

Entre el 5% y el 10% se acaba el predominio de África. A la ya mencionada India se le suman Indonesia (14,8 millones), Bangladesh (12,4 millones), Uzbekistán (2,6 millones) o Bolivia (640.000 personas). Y entre el 1% y el 5%, pesos pesados de la economía mundial del futuro: Brasil (9,6 millones), Filipinas (5,2 millones), México (3,1 millones), Colombia (2 millones), Vietnam (1,4 millones) o Egipto (1,1 millones). Se cuelan por aquí los primeros casos europeos. El más sangrante es el de Italia (787.000 personas), junto a Rumanía (683.000 personas), Georgia (122.000 personas) o Grecia (116.000 personas).

Mención última merecen China, Estados Unidos y España. Su porcentaje de población bajo el umbral de la pobreza extrema se ubica entre el 0,5% y el 1%, con bolsas de entre 9,5 millones, 3,2 millones y 351.000 personas. Contrasta con las cifras más positivas de los principales países desarrollados. Entre el 0% y el 0,1%, números marginales para Alemania (28.000 personas), Países Bajos (12.000 personas) o Francia (menos de 1.000 personas). Recalcar que en ningún caso significa que apenas haya pobres en todos estos países. Sino "extremadamente pobres" como medida fijada por el Banco Mundial, y bajo un umbral muy concreto.

Hay muchas otras formas de medir la pobreza. Y en todas ellas, las cifras y la escala del problema puede variar. El gráfico tan sólo se fija en los más vulnerables de la humanidad. Y siguen siendo demasiados.

El tamaño de todos los países del mundo, ajustado en función de su volumen turístico

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El tamaño de todos los países del mundo, ajustado en función de su volumen turístico

El turismo se ha convertido en uno de los grandes sectores económicos del siglo XXI. Para algunos países, como España, Tailandia o Francia, representa un sustento vital. A nivel global, el turismo generó alrededor de 7,6 billones de dólares (aproximadamente el 10% del PIB global) y produjo en torno a 300 millones de puestos de trabajo. Su magnitud es gigantesca y la tendencia a corto y largo plazo sólo realza su volumen: viajaremos más y a más lugares.

¿Pero a cuáles? Es una buena pregunta. El reparto del maná turístico es muy desigual, y un puñado de grandes países turísticos se encuentran a la cabeza de su volumen económico, capitalizando la mayor parte de viajantes y consumidores. En HowMuch han tratado de ilustrar esta realidad ajustando el tamaño de cada país en función del negocio generado por el turismo durante el año pasado. El resultado es un mapamundi extraño y desproporcionado.

A la cabeza se situaría Estados Unidos, el país donde los viajantes gastan más dinero (210.000 millones de dólares). HowMuch ha priorizado el montante económico, más útil a la hora de comprender el verdadero impacto del turismo que el número de visitantes anuales. En realidad, el país que más turistas recibe cada año es Francia, pero (86 millones de almas), pero su impacto financiero ($60.000 millones) es menor que el estadounidense o el español (81 millones de turistas gastaron $68.000 millones en 2017, y eso que las cifras han ido a la baja).

Son los tres grandes campeones de turismo mundial. La distancia, además, es sideral, tanto en número de visitantes como en términos económicos. En el hipotético mapamundi imaginado por HowMuch, el cuarto país más grande sería Tailandia, y le seguirían de cerca Italia, Reino Unido, Australia y Alemania. China (por medio de Macao y Hong Kong, juntas más valiosas en términos turísticos que el resto del país) y Japón completarían la tabla.

Son los tres que, en mayor medida, también tienen que lidiar con las consecuencias indeseadas de turismo, al mismo tiempo un maná y objeto de toda suerte de controversias. En España, el ejemplo más reciente es el de San Juan de Gaztelugatxe: la obsesión por Juego de Tronos ha llevado a los turistas a arrancar las piedras de la isla, espacio protegido, y por tanto a preservar. En ciudades como París el gobierno municipal ya ha planteado limitar los buses turísticos, sinónimo de visitas baratas y masivas, y vecinos de las calles más instagrammeables han pedido vetar el acceso de los turistas a las mismas. Es una dinámica global con múltiples aristas.

¿Qué hay del resto? En Europa sólo Austria, Suiza, Países Bajos y Suiza cuentan con volúmenes (superficies) significativos. México retendría parte de su relevancia geográfica gracias a los 20.000 millones de dólares que sus turistas invierten en el país cada año, una cifra similar a la de Canadá, drásticamente empequeñecida. En Latinoamérica las cosas estarían muy igualadas: países pequeños como Costa Rica o Puerto Rico se igualarían a gigantes como Argentina o Brasil.

Turismo Global

África, como casi siempre, sale mal parada: sólo un puñado de países aparecen en el mapa (tanto por viabilidad de los datos como por relevancia turística real). Sudáfrica, Egipto y Marruecos ($9.000 millones, $8.000 millones y $7.000 millones respectivamente) son los más destacables, con menciones de honor para Nigeria y Tanzania. En Oriente Medio, países boyantes com Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudí se llevarían la palma, además del Líbano e Israel.

Es en Asia donde el mapa quedaría drásticamente rediseñado. China y la India, los gigantes geográficos y demográficos que en otros mapas todo lo acaparan, aquí quedarían severamente reducidos ($33.000 millones y $27.000 millones), mientras que Tailandia, Malasia y Singapur se dispararían en tamaño. Imperaría, y con mucha diferencia, Japón como el líder continental. Corea del Sur, Taiwan y Sri Lanka también destacarían por su renovado ensanchamiento.

Cádiz, Vietnam y Shanghái tienen los días contados: los mapas del nivel del mar en 2050

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Cádiz, Vietnam y Shanghái tienen los días contados: los mapas del nivel del mar en 2050

La humanidad afronta una amenaza inminente en el aumento del nivel del mar. Es la única conclusión extraíble del último estudio sobre la materia elaborado por Climate Central y publicado en Nature Communications. Los investigadores han desarrollado un modelo que predice con relativa exactitud el comportamiento de los océanos, su crecida, hasta 2050. ¿Veredicto? Nada alentador para cualquier población a un palmo de la costa y sin apenas altitud. Este mapa interactivo ilustra con todo lujo de detalles qué regiones y ciudades del mundo correrán un destino similar al de la Atlántida. 

Para el caso español, nuestros compañeros de Xataka han recopilado los eventos más destacados. El principal, por magnitudes demográficas y económicas, es el de la ría del Nervión. El Gran Bilbao. Grandes porciones de Deusto, Barakaldo, Getxo o Portugalete pasarían a manos del Cantábrico, cumpliendo así, quizá inesperadamente, con el gran sueño de Calatrava cuando le encomendaron el diseño del Nuevo San Mamés: que el estadio fuera inundable para que La Gabarra, la emblemática embarcación del Athletic Club sobre la que navega el equipo cuando obtiene un trofeo, pudiera llegar al interior del campo.

Un pequeño detalle en un mar (literal) de inundaciones. Países como Irak o Vietnam quedarían seriamente mermados, y regiones muy pobladas, como el estuario de La Plata, allá donde se aposenta el Gran Buenos Aires, Rosario y Montevideo, tendrían que vérselas con las aguas del Atlántico. La Europa continental, tan llana y expuesta al mar, sufriría pérdidas notables. Burdeos debería encomendarse a cualquier dios para evitar su desaparición bajo las aguas, no hablemos ya de Venecia, y el litoral de Países Bajos, por el que sus habitantes han luchado con tanto denuedo, desaparecería.

¿Alejandría? Hasta más ver. ¿Mumbai y Surat? Todo su litoral sería reclamado por el Índico. Los alrededores de Calcuta se converterían en la zona cero del calentamiento global, absolutamente arrasados, y Bangladesh, el país con la mayor densidad de población del mundo arrabalado sobre el delta del Ganges, sufriría una catástrofe de proporciones incomparables. De forma similar, la magnífica Shanghái que aspira a convertirse en la capital del planeta tendría tan sólo un puñado de años para conseguirlo, ante el imparable ascenso del Mar de China Oriental. Yakarta sólo sería agua. Indonesia lo sabe. Ya plantea trasladar la capitalidad.

El panorama, en apenas unos años, es terrorífico. Aquí van más ejemplos.

Vietnam desaparecería del mapa

Vietnam 1

Literalmente

Vietnam 2

Millones de personas, inundadas en Bangladesh

Bangladesh

Basora tampoco tiene buena pinta

Basora

El litoral atlántico de Francia se rinde

Burdeos

Cádiz y Doñana tienen poco arreglo

Cadiz Poco Arreglo

Consecuencias de ganar terreno a una marisma

Cambridgeshire

Hong Kong, también hasta arriba

Hong Kong

Londres, en problemas

London

Provincias Unidas bajo el mar

Provincias Unidas

Shanghái sería todo puerto

Sanghai

Y qué decir de Venecia que no se haya dicho ya

Venecia Inundada

La proyección de Spilhaus, el mapa que coloca a los océanos en el centro de nuestra mirada

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La proyección de Spilhaus, el mapa que coloca a los océanos en el centro de nuestra mirada

Partiendo de realidades a priori inmutables, como las formaciones geológicas y la posición de los continentes, la cartografía es un campo de alta experimentación. Lo hemos visto en numerosas ocasiones: representar el mundo es una tarea compleja que siempre, siempre obliga a tomar partido por parte del creador. Ya sea empelando una proyección u otra, todos los mapas están hipotecados por decisiones políticas, conscientes o no, de sus ideólogos.

Pese a ello, todos comparten algo muy elemental: se centran en la tierra (sin mayúscula). En el espacio habitado por los humanos. Casi todos, deberíamos decir. Hace siete décadas un hombre tuvo una idea aún hoy de lo más original (y extraña): dibujar un mapa cuyo centro ideológico, cuyo protagonismo ineludible, recayera en los océanos. Aquel hombre fue Athelstan Spilhaus, pensador tan original como su nombre y reconocido oceanógrafo y climatólogo.

Entre otros hitos, Spilhaus inventaría el extraño bathythermográfo, instrumento capaz de calcular las temperaturas de las profundidades oceánicas e instrumental en la lucha aliada contra los submarinos nazis. Sudafricano, desarrollaría gran parte de su carrera científica en Estados Unidos, donde obtendría cierta fama. Spilhaus lograría promocionar un sistema de becas de ámbito nacional llamado "Sea Grant College", dedicado a promover la investigación marina.

Dados sus intereses, siempre centrados en los ecosistemas oceánicos y en la ineludible realidad de los mares (más del 70% de la Tierra, al fin y al cabo), parece lógico que en 1942 se lanzara a la aventura cartográfica de reiventar el mapamundi. Aquel trabajo colocaba a la Antártida en el centro del planeta y repartía al resto de continentes a sus margenes, obviando sus interiores y tan sólo plasmando sus líneas costeras. Era una proyección extrañísima.

Spilhaus2 (Le Cartographe)

El mapa le acompañaría durante el resto de su vida intelectual, y sería publicado en su Atlas of the World with Geophysical Boundaries, en 1991. Aquella recopilación incluía diversos trabajos surgidos de la cabeza de Spilhaus, y entre ellos destacaba su proyección. La cartografía se convirtió en una pequeña rara avis muy apreciada por cartógrafos y aficionados de toda condición, y tornó en viral hace varias semanas gracias a esta estupenda reproducción por parte de Libération.

La proyección es un punto y aparte. Los mapas convencionales tienden a reproducir de forma más o menos fidedigna la posición de los continentes en el planeta, y sacrifican en el camino la importancia espacial real de los océanos. Al mirar un mapa, jamás pensamos en las aguas. Sin embargo, son mayoritarias y predominantes. Spilhaus creía que entender su relevancia era más fácil si todas ellas formaban un sólo océano gigantesco sobre el que pivotaban los continentes.

Libro La proyección de Spilhaus en la revista alemana Mare. (Cédric Hüsler/Flickr)

Su mapa, en esencia, es eso: los océanos Atlántico, Pacífico e Índico se funden en una indiscutible masa de agua que encuentra su centro de gravedad en la Antártida, y sobre las que las tierras se reparten en los márgenes. En su máxima expresión, la proyección de Spilhaus plantea una continuidad inexistente entre los cinco continentes, de tal modo que sería factible caminar desde la punta sur de África hasta el Estrecho de Bering. Huelga decir que se trata de algo impracticable.

Sin embargo, Spilhaus no tenía demasiado interés en hablar de los retos que el medio terrestre planteaba al ser humano. Su sacrificio sirve para entender de forma nítida hasta qué punto las conexiones marítimas son cruciales para la humanidad. Se coloca en la perspectiva de un barco cualquiera y nos aporta su visión del planeta: una en la que el agua domina y donde los continentes son, en la práctica, obstáculos a sortear sobre un lienzo de eterna navegabilidad.

Royeccion (Jason Davies)

Durante los últimos años han sido diversas las reproducciones de su extraña proyección, siempre amparadas en los esbozos originales de Spilhaus. A la de Libération podemos sumar esta igualmente interesante de Le Cartographe, o estas de Jason Davies (variables en función del montante total de superficie terrestre explorada por la ciencia occidental a lo largo de los siglos).

¿Qué ciudadanos están más dispuestos a ir a la guerra por su país? Este mapa lo ilustra

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¿Qué ciudadanos están más dispuestos a ir a la guerra por su país? Este mapa lo ilustra

La guerra es hoy un elemento ajeno a la mayor parte de naciones del planeta, al menos desde un punto de vista clásico. Son pocos hoy los conflictos que enfrentan a un puñado de facciones, organizadas en torno a un ejército propio, por la disputa de un territorio. Aquellos definibles como tales, como la siria o la afgana, son a menudo fenómenos caóticos, difíciles de comprender y repletos de actores a pequeña y gran escala.

De ahí que para el resto del planeta, para los estados-nación, la "guerra" sea más una evocación fantasmal que una realidad. Y dadas las circunstancias, cien años después de la Gran Guerra, ¿cuántos ciudadanos estarían dispuestos a dar su vida por su patria? Fue la pregunta que lanzó Gallup hace un año en una macro-encuesta mundial sobre las actitudes nacionales en torno a la guerra, y los resultados son de los más sorprendentes.

Como era de esperar, las brechas son notables a lo largo y ancho del planeta. La región menos proclive a agarrar un fusil en defensa de la patria es Europa Occidental: tan sólo un 25% de los encuestados lucharía por su país. Dados los traumas recientes del viejo continente, la estigmatización del nacionalismo bélico y el progreso material de sus sociedades, es un porcentaje lógico. ¿Contra quién habría que luchar?

La respuesta es distinta más allá del antiguo telón de acero. Europa del Este es más proclive a defender los intereses de su nación mediante las armas: un 54% de los encuestados, cifra más alta que la africana o la americana, sí acudiría al frente si su patria así lo requiriera. La agresividad de Rusia (plasmada en un conflicto enquistado en Ucrania), la memoria de la dominación soviética y el nacionalismo al alza generan un buen caldo de cultivo.

Este mapa elaborado por un usuario de Reddit ilustra la singular ruputra (otra más) entre el este y el oeste europeo. La cercanía de conflictos reales parece correlacionar bien con la disponibilidad de una sociedad a acudir al frente. Por ejemplo: en Rusia y Ucrania los porcentajes afirmativos van del 59% al 62%, altísimos. Ayuda que ambos países lleven cuatro años disputando una guerra proxy (en el que el riesgo de escalada es real, y en el que ambas facciones han difundido un militarismo y patriotismo natural al contexto bélico).

Reddit (u/Spartharios/Reddit)

Algo similar se puede decir de Turquía (73%) y Grecia (54%). Más allá del agresivo nacionalismo predominante en el discurso político de ambos países, la memoria de conflictos cercanos (como el de Chipre) puede explicar sus elevadas cifras (en el caso de Turquía operan más factores, como el conflicto kurdo y su frontera con Siria e Irak). Algo similar se puede decir de Bosnia o Kosovo, dos países donde las cicatrices de la guerra siguen abiertas.

Polonia, Rumanía, Letonia, Serbia o Macedonia (además del raro caso de Irlanda) también cuentan con porcentajes significativos (entre el 38% y el 47% de ciudadanos voluntarios). Todos ellos pueden aducir amenazas reales o recuerdos recientes de conflictos trágicos. Pero en este patrón dos países destacan de forma sorprendente: Suecia y Finlandia.

El 55% de los suecos y el ¡74%! de los finlandeses irían a la guerra por su país. Ningún otro país se muestra tan proclive a dar la vida por su patria como Finlandia. ¿Por qué? Una interesante discusión en Reddit ha tratado de hallar alguna respuesta. Por un lado, la pervivencia del servicio militar obligatorio puede jugar algún tipo de rol: sigue siendo obligatorio para la mayoría de los hombres finlandeses (el 80% de los mayores de 30 años ha pasado por el ejército).

Mundo Entero A más rojo, más disponibilidad para ir a la guerra. (Gallup)

Por otro, la frontera con Rusia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Unión Soviética invadió la mayor parte del país (la célebre Guerra de Invierno). La campaña fue un fracaso: Finlandia resistió con relativo éxito y se unió a las fuerzas del eje en la Operación Barbarroja. El recuerdo de la dominación zarista (Finlandia sólo logró su independencia en 1917, tras el desmoronamiento de la Rusia monárquica) y las tensiones actuales pueden ser otros factores.

Como hemos visto recientemente, Suecia puede aducir motivos similares. Los conflictos diplomáticos con Moscú han ido al alza (ya sea en forma de submarinos o de espionaje), y el gobierno sueco baraja en público la posibilidad de que, en un futuro no muy lejano, Rusia inicie las hostilidades. Resulta significativo que ni Finlandia ni Suecia pertenezcan a la OTAN. Ante la ausencia de una alianza militar global que defienda sus intereses, sus ciudadanos quizá estén más dispuestos a luchar por su patria.

¿Y qué hay del resto del mundo? Destaca Asia: de media, el 71% de los encuestados se declararon dispuestos a acudir al frente por su país. Más del 80% de los ciudadanos pakistaníes, bengalíes, vietnamitas marcharían la frente si su nación se lo pidiera. En la India (75%), Filipinas (73%), Tailandia (72%), China (71%) e Indonesia (70%) los porcentajes también son altísimos. ¿Qué tienen todos en común? El conflicto geopolítico más explosivo de todo el mundo: la lucha por las aguas del Mar de la China Meridional.

Gallup Buena (Gallup)

Sucede algo similar en Pakistán y Afganistán: allí donde la guerra pasa de hipótesis fantasmal a amenaza real, los afectados están más dispuestos a partirse la cara por su país. La excepción quizá sea Marruecos, el país con el mayor número de entusiastas bélicos: alrededor del 94% de los marroquíes se alistarían en el ejército si la situación lo requiriera. Es una cifra que no tiene parangón ni en su entorno cercano ni en el resto de África (del que faltan muchos datos).


Hernández, Traoré, Wang, Müller: el mapa de los apellidos más comunes en cada país del mundo

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Hernández, Traoré, Wang, Müller: el mapa de los apellidos más comunes en cada país del mundo

Pese a que los nombres propios han acompañado al ser humano desde los albores de la civilización, el origen de los apellidos es más reciente y, en función de la cultura, dispar. Se sabe, por ejemplo, que en buena parte de Europa se utilizaban apodos y apelativos distintivos hasta bien entrada la Edad Media, y que sólo durante la modernidad se implementaron los apellidos tal y como los conocemos hoy. También sabemos que en China la práctica tiene un rastro milenario.

A día de hoy todos los estados ordenan a sus ciudadanos en función de un nombre, elegido a voluntad por los padres, y un apellido, adoptado por herencia familiar. Es este último el que condensa más información sobre nuestros orígenes, sobre nuestra lengua y, en ocasiones, sobre los lugares de procedencia o los oficios de los que provenían nuestros antepasados. Estudiar los apellidos implica estudiar la lengua, pero también la antropología, la historia y la sociedad.

Por supuesto, cada país cuenta con los suyos propios, sobre los que sobresalen un puñado de ellos. En España son bien conocidos: los García, Rodríguez, González, Pérez y compañía predominan sobre otros más particulares y reconocibles. ¿Pero cuáles son los más comunes en cada rincón del planeta? Este mapa elaborado por NetCredit explora los apellidos predominantes en cada país del mundo, y los cataloga en función de su procedencia.

Así, los ocupacionales están marcados en amarillo, las descripciones personales en azul claro, los toponímicos (que denotan procedencia de un determinado lugar) en rosa, los patronímicos (del padre o antecesor) en rojo, y los demás en azul o blanco. Para la elaboración de los gráficos, los autores se han valido de censos nacionales, estudios académicos y documentos históricos. La información no es exacta, dado que en ocasiones las fuentes tampoco lo son, pero representa una buena aproximación al mapa global de los apellidos humanos.

Apellidos Total

¿Y qué podemos descubrir a través de él? En Europa, por ejemplo, la sorprendente predominancia de los oficios. Alemania y Ucrania están repleta de antiguos molineros (Müller, Melnik) y Gran Bretaña de herreros (Smith). En los países latinos y nórdicos los apellidos predominantes son patronímicos, es decir, hacían referencia históricamente a los progenitores (García, de Garcés, en España; Martin en Francia; Rossi en Italia; Andersson y Jensen, de Anders y Jens, en Suecia y Dinamarca).

En Latinoamérica, predominan los patronímicos por herencia hispánica. Hernández es el más común de México, López de Guatemala, Rodríguez de Cuba, González de Argentina, Rodríguez de Colombia. Tres excepciones significativas: Quispe se impone en Perú (origen quechua, "transparente" o relacionado con lo cristalino); Mamami en Bolivia (aimara, "halcón"); y Da Silva en Brasil, herencia portuguesa, no patronímica sino geográfica ("del bosque").

El listado es tan largo como el de los países y las culturas que componen el mundo, y merece la pena perderse en las etimologías de cada uno de ellos. África y Asia presentan un equilibrio más nítido entre descripciones personales, de carácter o físicas, o patronímicas, con llamativas excepciones.

Apellidos Europa
Apellidos Africa
Apellidos Asia
Apellidos Norteamerica
Apellidos Latinoamerica
Apellidos Oceania

Más de 1.200 millones de personas siguen sin acceso a la electricidad. Este mapa ilustra dónde

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Más de 1.200 millones de personas siguen sin acceso a la electricidad. Este mapa ilustra dónde

Encender la televisión, cargar el teléfono móvil o alumbrarse con una bombilla por la noche son pequeños hitos de la tecnología a los que hemos dejado de dar importancia. Las sociedades más desarrolladas llevan más de cien años conviviendo con la electricidad. La forma en la que generamos, hasta hace bien poco quemando cantidades ingentes de carbón, es hoy objeto de debate en el COP25. Pero para millones de seres humanos hay un problema más acuciante: tener electricidad.

Porque en pleno 2019 el acceso a la red eléctrica es poco menos que una quimera en algunos rincones del planeta. Hay una elevada correlación entre desarrollo y darle a un botón y que se encienda una lámpara. En la totalidad de los países ricos el 100% tiene acceso a la electricidad. Es algo, además, conseguido desde hace décadas, y un elemento tan central de nuestra existencia que, sin ella, perderíamos gran parte de los placeres y las necesidades que pueblan nuestra vida.

En los países pobres la situación es diferente. Pensemos, por ejemplo, en Pakistán, un país de relativo desarrollo donde alrededor del 30% de la población sigue sin tener un enchufe a mano para conectar un electrodoméstico. Sucede algo similar en Yemen, devastado por la guerra civil, o en Myanmar, con amplias regiones al norte del país virtualmente desconectadas del resto. También en extremos geográficos como Papúa Nueva Guinea.

Pero en ningún país el problema es tan evidente como en África. Este mapa de VisualCapitalist lo ilsutra a la perfección: el corazón del continente africano es un agujero negro de la electricidad. Un agujero negro literal, como atestiguan las fotos nocturnas de la Tierra tomadas desde el espacio. Se trata de un instrumento muy intuitivo no sólo para entender dónde viven las personas en cada país (en Egipto, todas junto al Nilo), sino donde hay un desarrollo económico real.

Electricidad (VisualCapitalist)

África pervive en buena medida entre las sombras. El caso más extremo es el de Burundi, donde un exiguo 9% de la población tiene luz corriente. En el Congo, una de las potencias demográficas y al mismo tiempo uno de los estados más pobres y disfuncionales del planeta, tan sólo el 19% está conectado a la red (y la mayor parte en Kinshasa, una megalópolis a orillas del río Congo). Incluso en Nigeria, futura tercera potencia demográfica mundial, casi la mitad de la población sigue a oscuras.

Su ejemplo es paradigmático del resto del continente. Un inmenso potencial poblacional (190 millones sólo en Nigeria), pero un largo camino por delante para equiparar servicios y calidad de vida a los estados más desarrollados. Influyen otros condicionantes. En la mayoría de países con un muy limitado acceso a la red, la población sigue siendo rural. El 87% en Burundi, el 77% en Chad, el 83% en Malawi, el 84% en Níger.

Lejos de las aglomeraciones urbanas, el poder del estado es limitado, y las poblaciones viven aisladas. Sucede algo similar tanto en Bolivia como en Honduras, los únicos dos países donde perviven bolsas reseñables de población a oscuras (entre el 8% y el 12% respectivamente). Casos distintos y más extremos son los de Haití (el país más pobre del mundo) y Corea del Norte (uno de los más pobres del mundo), cuyo contraste con Corea del Sur sigue siendo una de las fotos más definitorias del siglo XX.

Las cien islas más grandes del planeta, ordenadas de mayor o menor en este precioso gráfico

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Las cien islas más grandes del planeta, ordenadas de mayor o menor en este precioso gráfico

Más de 750 millones de almas viven enclaustradas en el sinfín de islas y archipiélagos que adornan los océanos. Juntos suman alrededor del 11% de la población global, conformando en ocasiones países de gigantesca envergadura demográfica, política y económica. Japón, Reino Unido o Indonesia son sólo pequeños ejemplos de la enorme importancia de los territorios insulares del planeta.

Si bien su carácter económico y demográfico es bien conocido, ¿qué hay de la geografía? A menudo, comparar el tamaño de las islas con el de los territorios continentales es complejos. Aislados o distorsionados por las diferentes proyecciones cartográficas, muchas islas resultan o bien demasiado grandes o bien demasiado pequeñas vistas desde un mapa. Así, siguiendo a Mercator, Groenlandia sería tan grande como África.

Nada más lejos de la realidad. Las distoriones y las diferentes percepciones culturales también provocan que islas como Baffin o Victoria, en Canadá, resulten grandiosas, mientras que otras como Java o Nueva Guinea no destaquen tanto. O pasen totalmente desapercibidas en la esfera mediática y cultural, pese a alojar a poblaciones millonarias de gran diversidad antropolígica e idiomática. El cartógrafo David García se ha propuesto solucionarlo.

Tanto desde su página web como desde su cuenta de Reddit, u/mapmakerdavid, García lleva cierto tiempo revelando la importancia y la belleza geográfica de las islas del planeta. Su último trabajo no sólo es ilustrativo, sino también precioso desde el punto de vista gráfico: una ordenación escalada de mayor a menor tamaño de las 100 islas más grandes de la Tierra. Comienza en Groenlandia (la más extensa) y termina en Guadalcanal, en las Islas Salomón.

En el camino la ilustración recorre los cinco continentes. Las principales islas destacan a primera vista. Tras Groenlandia nos topamos con Nueva Guinea, un gigantesco territorio dividido en dos países y hogar de la mayor variedad lingüística conocida; Borneo y Sumatra, ambas propiedad completa de Indonesia; Madagascar; Baffin, Victoria, y Ellesmere en el norte deshabitado de Canadá; y Honshu (Japón) y Reino Unido.

Se puede ver aquí en tamaño completo.

Islas En Grande (David García/mapmakerdavid)

No hay país que acapare tantas islas importantes como Indonesia, nación insular donde las haya. Cuenta con dos de las cinco más grandes y, de largo, con la más poblada, que paradójicamente tan sólo es la cuarta más grande de su territorio: Java. Allí se amontonan 140.000.000 de personas, generando una densidad demográfica de 1117 personas por metro cuadrado (la mayor del planta). Incluso Sulawesi le supera en tamaño.

De forma significativa, Java acapara la mitad de la población indonesia, lo que provoca que tanto Borneo como Sumatra cuenten con relativa poca población (relativa: Indonesia cuenta con la población musulmana más grande del mundo, aunque no lo parezca). El resto de islas es un compendio de países completos (las dos neozelandesas, Cuba, Sri Lanka, Irlanda, Indonesia) o archipiélagos nacionales (Filipinas).

Merece la pena destacar la virtual irrelevancia europea (más allá de Gran Bretaña e Irlanda, la siguiente en extensión es Sicilia, diminuta compara con las más grandes) y la clamorosa ausencia de Australia. El motivo es simple: no es una isla, sino una masa continental propia (y uno de los países más grandes del planeta). Su ausencia permite observar mejor al resto de islas, dado que el gráfico está escalado.

Se pueden disfrutar de otros trabajos de David García, cartógrafo y diseñador, aquí.

¿Cómo se dice "Feliz Navidad" en todos los idiomas de Europa? Este mapa te resuelve la duda

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¿Cómo se dice

¿De viaje por Europa durante el ajetreado mes de diciembre? Aunque la Navidad es una celebración consustancial al continente (de honda raíz europea), las tradiciones, ritos y conmemoraciones son muy diversas en función de la geografía. En caso de que el solsticio de invierno te pille lejos de casa, es probable que te topes con diversas barreras culturales para entender las variadas celebraciones sociales de Irlanda a Estonia.

Empezando por la mera felicitación. En español es común y todos la conocemos: "Feliz Navidad". ¿Pero qué hay del bretón, del letón o del albanés? En algunos casos la traducción puede resultar sorprendente, dado que no es literal (en italiano, sin ir más lejos, se desea "Buon Natale"), aunque en la mayoría de ocasiones el significado es idéntico. Para sacarnos de dudas, el célebre mapmaker Jakub Marian ha creado este estupendo mapa lingüístico de la Navidad.

Como es lógico, la mayoría de las felicitaciones se agrupan por similitud en torno a las grandes familias lingüísticas de Europa. En los países romances viajamos desde el "Feliz Natal" portugués hasta el "Bon Natale è pace è salute" de corso, pasando por el "Bon Nadal" catalán, el "Joyeux Noël" francés (una de las variantes más raras) o el "Bo Nadal" gallego. Mención aparte merece el euskera, lengua no indoeuropea: "Eguberri on".

La cosa se pone interesante ya en las islas británicas. Al "Merry Christmas" británico ("Happy Christmas" en Irlanda) hay que sumar las minoritarias lenguas gaélicas: "Nadolig Llawen" si paras por Gales; "Nollaig Chridheil" si acudes a las Hébridas escocesas; o "Nollaig Shona" si te toca disfrutarlas en Irlanda. Algo más al este, en los países nórdicos, la letanía es sencilla: "God jul" en Noruega y Suecia, "Glædelig jul" en Dinamarca.

Germanos y austriacos y chechos y eslovacos comparten felicitación ("Frohe Weihnachten" y "Veselé Vánoce" respectivamente), mientras que también son similares los buenos deseos estonios y fineses ("Häid jõule" y "Hyvää joulua", ambas lenguas son urálicas, no indoeuropeas, y están emparentadas). Rumanía se sale del registro romance ("Crăciun fericit") y Hungría, como siempre, lleva su propio ritmo ("Boldog karácsonyt").

Merry

En materia eslava la confusión es mucho mayor que en las familias latinas. En Polonia, por ejemplo, es o bien "Wesołych Świąt" o bien "Bożego Narodzenia". En serbio "Srećan Božić" o "Hristos se rodi", mientras que en croata y bosnio (virtualmente el mismo lenguaje, pese a que las diferencias se están acentuando) "Sretan Božić". También difieren el bielorruso, el ucraniano y el ruso: "з Божым Нараджэннем", "Христовим" y "с Рождеством".

Por último, tres particularidades lingüísticas: el lituano "Linksmų Kalėdų", el letón "Priecīgus Ziemassvētkus" y el albanés "Gëzuar Krishtlindjet". La lista es larguísima y deja de lado un sinfín de idiomas minoritarios aún hablados en el continente (como el retrorromance, el arrumano o el ruteno, entre otros), pero es lo suficientemente inclusiva como para sacarte de cualquier apuro si e 25 de diciembre andas de viaje por Europa.

Porno ferroviario: este mapa te permite navegar por todas las líneas de trenes del planeta

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Porno ferroviario: este mapa te permite navegar por todas las líneas de trenes del planeta

En 1825 los empresarios mineros de Shildon, Reino Unido, tuvieron una idea: ¿por qué no hacerse valer de la tecnología experimental del ferrocarril para transportar con mayor velocidad y eficiencia su mercancía? Rápidamente, The Stockton and Darlington Railway se expandió en la que, a la postre, sería la primera red ferroviaria de la historia de la humanidad. Un hito reciente y trascendental.

Casi dos siglos después, el tren es uno de los métodos de transporte más utilizados por el ser humano. Ha evolucionado, pero sus caraterísticas técnicas son más o menos las mismas: es muy eficiente transportando a millones de personas a diario en megalópolis como Tokio o Londres, y sirve para mover paquetes, bienes y materias primas desde China hasta la península ibérica. Sus redes se han extendido de forma desigual por todo el mundo. Los caminos de hierro llevan a casi cualquier lugar.

Ahora bien, para tener una mirada más completa del auténtico calado del tren y de su expansión universal es conveniente pasear por OpenRailwayMap, una maravillosa herramienta realizada sobre la base de OpenStreetMap que permite darse un paseo infinito por todas las líneas de tren imaginables. Desde los turísticos hasta las futuras vías verdes hoy abandonadas, pasando por las líneas de alta velocidad y por los servicios regionales o de metro. Una enciclopedia visual del hito ferroviario.

El mapa es porno para los amantes de los trenes, una nutrida comunidad de apasionados. Podemos explorar los proyectos fallidos del norte de Siberia, fruto de la demente política logística de Stalin, las nuevas y relucientes líneas AVE abiertas en Arabia Saudí, en pleno desierto, o la intrincada y muy densa red de redes de Japón, el país más apasionado por el ferrocarril. Carga algo lento dada la alta información que condensa, pero una leyenda contribuye a entender qué estamos mirando.

Si te vuelve loco el tren, este mapa es tu pequeño paraíso. En caso de que se te quede pequeño (cosa que dudamos: podrías pasarte horas explorando únicamente un país), puedes pasarte también por Positrén. Se trata de un proyecto similar, sólo en España, que sigue en tiempo real el movimiento de todos los trenes que, en un momento dado, se están trasladando por la península. Un complemento perfecto a un mapa que, para muchos, podría ser un fabuloso regalo navideño.

Londres Buena Londres repleta de detalles.
Mexico México en perspectiva.
Buena Ciudad Ciudad de México de cerca.
Ruhr Buena La cuenca del Rühr, una de las regiones más industrializadas y con más tráfico ferroviario del mundo, de cerca.
Europa Buena Europa, germen del ferrocarril.
Bariloche Buena La línea principal que lleva a Bariloche y una de vía estrecha que se dirige hacia el sur. Es uno de los focos ferroviarios más remotos del mundo.
Es Pana Buena España, Portugal, el sur de Francia y el norte de Marruecos y Argelia.
Nigeria Buena Una de las pocas vías principales de Nigeria, la que conecta Abuja con Kaduna, y la ya en desuso de Jos.
Tokio Buena El maravilloso cacao de Tokio.

¿Cuánto dinero pierde cada país al año a causa de los paraísos fiscales? Este mapa te lo cuenta

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¿Cuánto dinero pierde cada país al año a causa de los paraísos fiscales? Este mapa te lo cuenta

Un fantasma recorre Europa: el fantasma de la evasión fiscal. La disparidad impositiva entre los distintos países de la Unión Europea ha generado ganadores y perdedores a la hora de atraer la actividad de las grandes multinacionales. Es un proceso que encuentra su mímesis a nivel internacional. Allá donde un país erija impuestos bajos, allá que acudirán las  empresas globales para ahorrarse el pago de impuestos.

Se trata de un proceso que acentúa ciertas desigualdades, en tanto que un puñado de países, los paraísos fiscales, aglutinan las sedes y las actividades o los derechos intelectuales de las compañías más rentables del planeta. Tradicionalmente pensamos en los "paraísos" como pequeños archipiélagos del Caribe cuya única actividad económica consiste en un impuesto de sociedades al 0%. La realidad es otra. Están mucho más cerca.

Lo vimos en su momento a cuenta de un trabajo que analizaba la distribución de los beneficios declarados por las principales multinacionales estadounidenses. Sus principales beneficiarios están en Europa. Hablamos de Irlanda, de Países Bajos y de Luxemburgo, pero también de Bélgica, de Malta, de Chipre y, por supuesto, de Suiza, ya fuera del espacio comunitario. Lejos de Europa, nadie gana tanto como Puerto Rico, aunque Hong Kong, Bermudas o Singapur le siguen de cerca.

¿A qué se debe? Es una cuestión ampliamente discutida por los economistas. En esencia, al interés de las grandes compañías por maximizar beneficios. En países como España, Estados Unidos o Alemania el impuesto de sociedades puede oscilar entre el 20% y el 30%, al menos a nivel nominal. En Irlanda o en Países Bajos, gracias a técnicas como el "doble irlandés" o el "sándwich holandés", las empresas allí instaladas no pagan más del 5% o el 7% de sus impuestos.

Es un salto cualitativo que algunos académicos han definido como "el privilegio fiscal estadounidense", por el abrumador aprovechamiento de las multinacionales norteamericanas. Como ilustra este estudio elaborado por economistas de las universidades de California, Berkeley y Copenhague, el 60% de los beneficios amasados por las compañías de EEUU se declaran en otros países (algunas, como Amazon, pagan el 0% en impuestos federales). El porcentaje para las empresas de otros países es algo menor, el 40%, pero igualmente impresionante.

Puedes ver el mapa interactivo aquí.

Paraisos Fiscales Grande (Missing Maps)

Gracias a la desclasificación de la contabilidad fiscal de la mayoría de grandes multinacionales, hoy es posible disfrutar de mapas como Missing Profits, donde se ilustra cuánto dinero deja de recaudar un país a causa de los paraísos fiscales, y cuánto ingresan aquellos que se han convertido en uno de ellos. Los resultados impresionan. Países como Alemania, Francia o España se dejan entre el 29%, el 24% o el 13% de lo que deberían recaudar de no mediar ingeniería fiscal.

La desigual competencia entre países ha provocado que allá donde antaño existían altos tipos en materia de sociedades se hayan reducido drásticamente. España, por ejemplo, lo ha reducido del 35% al 25%. Con todo y con eso, el tipo efectivo se sitúa hoy en torno al 11%, gracias a la amplia diversidad de trucos contables que las grandes empresas tienen a su disposición (pero no llega jamás tan bajo como el 3% difundido hace años). En el caso español, el estudio cifra en unos $3.700 millones el montante defraudado.

¿A dónde va el dinero? Mayoritariamente a Países Bajos, que atrae más de $90.000 millones en beneficios artificialmente, de los cuales unos $7.000 se transforman en impuestos recaudados. Un engrose que representa el 30% de lo que recauda habitualmente por sociedades. En la práctica, una inyección fiscal que ayuda a cuadrar cuentas anualmente y que resulta muy beneficiosa. El ejemplo de Irlanda es aún más extremo: $5.000 millones más (en un país de 4 millones de habitantes), el 65% de su recaudación.

Como analizan los investigadores, al final del día aquellos países que hunden su impuesto de sociedades lo suficiente como para atraer a multinacionales extranjeras logran recaudar más que aquellas que mantienen tipos altos e incentivan la huida de sus empresas propias. ¿Cómo solucionarlo? Es la pregunta del millón. Si todos los países hundieran sus tipos, Países Bajos e Irlanda dejarían de ofrecer chollos incomparables.

Pero en ese contexto sólo ganarían las grandes empresas.

Europa en armas: la posesión de rifles y escopetas en el viejo continente, ilustrada en un mapa

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Europa en armas: la posesión de rifles y escopetas en el viejo continente, ilustrada en un mapa

Hablar de "posesión de armas" implica de forma automática pensar en Estados Unidos. El país protege constitucionalmente la tenencia de rifles, pistolas y escopetas, y acumula alrededor de mil millones de armas de fuego en manos de la población civil. Es un fenómeno inédito entre los países desarrollados. A consecuencia, el 46% global de las armas en manos de ciudadanos comunes y corrientes se encuentra en Estados Unidos.

El debate sobre la anomalía estadounidense es tan antiguo como complejo, y simboliza a la perfección las muchas disfuncionalidades de su sistema político. La disparidad de leyes estatales provoca que en algunas regiones su adquisición sea compleja, mientras que en otras, virtualmente, sea tan sencillo como comprar alcohol. De fondo, la lacra de los tiroteos: se cuentan alrededor de 300 al año, muchos de ellos letales.

¿Pero qué hay de Europa? La mayor parte de los países del viejo continente regula la venta y posesión de armas. Y pese a que no hay ningún estado europeo que alcance las tasas de posesión estadounidenses (120 armas por cada ¡100 personas!) hay patrones y estadísticas muy interesantes que también revelan ciertas fracturas internas. Este mapa elaborado por u/Borysk5 en Reddit lo ilustra de forma magnífica.

A primera vista, hay enormes diferencias no sólo entre los diversos países continentales, sino también entre sus regiones. Lo primero que llama la atención es la elevadísima tasa de posesión en Escandinavia. Casi todas las regiones de Noruega, Suecia y Finlandia cuentan con tasas por encima de las 10 armas por cada 100 personas, y algunas superan las 50 (especialmente en el norte de Suecia). Una explicación: la caza.

Aquí se puede ver con más detalle.

Mapa Armas Posesion Europa

Cazar renos, osos, ciervos o cualquier otra pieza mayor es un deporte muy habitual entre los nórdicos rurales. En regiones de baja densidad (y de un amplio abanico de armas para acudir al monte), la ratio de posesión se puede disparar. Como se analiza aquí y aquí, Suecia, Noruega o Finlandia (a sumar la milicia) tienen regulaciones muy específicas para su compra y uso. Lo que previene dinámicas como las estadounidenses.

Sucede algo similar en la península ibérica. Portugal y el interior español son grandes espacios de caza. En España tan sólo el fútbol cuenta más federados que las numerosas asociaciones de caza. Se sabe que los armarios españoles acumulan alrededor de 3 millones de armas (registradas, el 75% escopetas), destinadas en su inmensa mayoría a la cinegética. El mundo rural portugués y español está armado en silencio.

Por último, sólo en otros dos países la tasa de posesión es destacable: Austria, con todas sus regiones por encima de las 10 por cada 100 habitantes; y Suiza. Su caso es muy particular, dado que el mapa infravalora el alcance real de las armas entre su población civil. Muchos suizos cuentan con una al finalizar el servicio militar, dado que pasan a ser reservistas de la milicia. Muchos más poseen armas de forma legal, pero sin registro estatal alguno.

¿Por qué? Adquirir armas en Suiza es bastante sencillo (y se pueden adquirir fusiles semiautomáticos como el infame AR-15), y hasta principios de los 2000 no era obligatorio notificar al gobierno de su compra y posesión. Todas aquellas obtenidas después sí aparecen en los registros, pero tan sólo representan una fracción del total de armas de fuego en manos de la población civil. Su número exacto es incierto, pero oscila entre los 2,5 y los 3,5 millones.

Centroeuropa
Escandinavia
Peninsula

De Las Vegas a Reykjavík: las ciudades con más y menos horas de sol al año, en un gráfico

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De Las Vegas a Reykjavík: las ciudades con más y menos horas de sol al año, en un gráfico

Cualquier paseo por el interior de un país revelará una verdad inquebrantable: el sol se prodiga con dispar frecuencia en función de la latitud a la que nos encontremos. No es lo mismo vivir en Huelva, bañada por sus rayos durante la mayor parte del año, que en Bilbao, a la sombra de sempiternas lluvias y nubosidades.

La máxima es aún más cierta para el conjunto del mundo. En función del punto de la Tierra donde nos encontremos disfrutaremos de más o menos horas de sol. Los factores que sustentan tamaña desigualdad son variados. Desde la latitud (aquellos asentamientos ubicados en las regiones árticas contarán con veranos resplandecientes y noches extremadamente oscuras) hasta la climatología (las regiones marítimas y alpinas tienden a observar más nubes y lluvias).

¿Pero cómo de grande es la brecha? Este gráfico de Sleepopolis lo ilustra a las mil maravillas. Mientras los puntos más soleados del planeta disfrutan de más de 3.000 horas de sol al año, aquellos más oscuros, por un motivo u otro, a duras penas superan las 1.000. Esto tiene un efecto en la vida integral de los humanos, ya sea moldeando su cultura, sus tradiciones o las actividades económicas que desempeñan en su día a día.

El ejemplo más paradigmático de todo ello es Yuma, en Arizona, bordeando la frontera mexicana. Se trata de la ciudad con mayor volumen de horas solares al año: sus habitantes pasan más de 4.000, casi el 50% del calendario anual, disfrutando de los rayos solares. Esto se debe a la peculiar climatología del interior norteamericano, extremadamente seco (menos de 200 milímetros al año) y caluroso (más de 100 días sobre los 40º C).

Es un hito y un hecho excepcional, uno que, como cualquier habitante en zonas semidesérticas sabrá, provee de ciertas ventajas. Si bien la mayor parte de su paisaje es yermo, a la vega de los ríos ha florecido una provechosa agricultura que provee del 90% de lechuga y otros vegetales a Estados Unidos. Los frutos de un sol imperecedero.

Se puede ver en máxima resolución aquí.

Horas De Sol (Sleepopolis)

¿En el otro extremo de la balanza? Por extraño que parezca, Colombia. O más en concreto: Totoró, en los confines de Cauca, al sur del país, a más de 2.700 metros de altura. El sol es allí un extraño compañero de aventuras, brillando unas 637 horas al año. Colombia cuenta con otros dos espacios en el top ten de las ciudades más oscuras del mundo: Buenaventura y su capital, Bogotá. Tan lejos y tan cerca del Caribe.

Lo cierto es que pese a lo que podamos imaginar, la mayor parte de Colombia pasa largas jornadas bajo un mar de nubes, amén de entre copiosas precipitaciones. La temperatura máxima histórica registrada en Bogotá a duras penas alcanza los 30º C, y los días suelen ser frescos y muy poco soleados. Unas 1.328 horas de sol al año, sólo dos por encima de un lugar eminentemente oscuro, Reykjavik.

Este mapa ayuda a comprender algo mejor la rareza de Colombia incluso dentro de los países andinos, fruto de la singular confluencia de corrientes marinas en lo alto de sus cordilleras. El resto de ciudades se reparte entre los sospechosos habituales: desde Tórshavn en las Islas Feroe, un archipiélago en medio del Mar del Norte, hasta Ushuaia, en Argentina, el "fin del mundo". Por allí también se cuela Dikson, en Siberia, o Chongqing, en China (extremadamente húmeda).

Por el lado soleado, los protagonistas son más intuitivos: dos ciudades egipcias, Phoenix, Las Vegas, Keetmanshoop (Namibia) y Calama, en Chile, la mayor parte de ellas entroncadas en climas áridos o desérticos donde las precipitaciones escasean y las corrientes marinas quedan demasiado lejos como para llenarlo todo de nubes. Todas ellas superan ampliamente las 3.700 horas de sol al año, un buen pellizco del tiempo total transcurrido a lo largo de 365 días.

Horas Solares Los puntos más rojos cuentan con más horas de sol al año. Los más oscuros, con menos. (Commons)

El mapa de Sleepopolis incluye pequeños rákings por continente, siendo muy detallado. En Europa, el premio al reinado del sol se lo llevan Nicosia (Chipre), Ierapetra y Atenas (Grecia), Marsella (Francia) y La Valletta (Malta). Por el lado contrario, las ya citadas Tórshavn y Reykjavik, Edimburgo, Dublín y la siempre errática, húmeda y un tanto desapacible Bruselas.

¿El detalle más llamativo? Cuando desdibujamos el mapa general (horas de sol absolutas al año, al margen de estaciones o latitudes) y nos vamos al particular (diciembre y junio, los meses más oscuros de año en el hemisferio norte y en el hemisferio sur). Moscú, Riga y Tallin, por ejemplo, apenas suman entre 14 y 22 horas de sol al mes, mientras que algunos puntos del interior siberiano no ven la luz del astro en días (lo que contribuye a hundir las temperaturas por debajo de los -60º C).

En el hemisferio sur, la peor suerte en un momento puntual del año se la lleva Valdivia, en Chile: 45 horas de sol a lo largo de todo junio.

Todos los carriles bicis del planeta, cartografiados en este estupendo mapa interactivo

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Todos los carriles bicis del planeta, cartografiados en este estupendo mapa interactivo

La bicicleta está de moda. No sólo en las ciudades, donde se ha convertido en una estupenda herramienta de movilidad alternativa, sino también en los entornos periféricos y urbanos. La industria de la bicicleta promociona ahora grandes rutas que exploran la geografía y el alma, largas semanas dando pedales por parajes incomparables, conociendo rincones remotos, salvajes e inalcanzables con vehículos a motor.

Hacerlo, claro, requiere de dos virtudes: o bien de la valentía y la pericia suficiente para cruzar Europa por carretera, con los riesgos asociados, o bien de una nutrida y mallada red de carriles bici. ¿Qué países cuentan con la mejor infraestructura? OpenCycleMap, una herramienta digital e interactiva similar a OpenRailwayMap, nos permite explorar cuántas vías exclusivamente ciclistas hay construidas por el mundo. Y cómo podemos recorrerlas.

El mapa es fascinante, porque resume de forma gráfica los diversos grados de interés que cada país del mundo tiene sobre la bicicleta. A primera vista destaca una región por encima de todas las demás: el Benelux. Países Bajos cuenta con las mejores vías regionales, locales y nacionales para moverse en bicicleta. Los motivos son históricos, deportivos y también geográficos. Es un país llano, pequeño y muy mallado a nivel urbano.

Sucede algo similar con Bélgica, otro país cicclista por antonomasia, donde el volumen de carriles es ligeramente menor (si bien en absoluto despreciable: la mayor parte de las carreteras belgas, aunque no están exclusivamente adaptadas, están acostumbradas a lidiar con numerosos ciclistas; Bélgica es, bajo cualquier punto de vista, la capital mundial del ciclismo deportivo). Viajar de Ostende a Frisia tan sólo con tu bicicleta, encadenando vías específicas, es sencillo.

¿Qué hay de los demás? Alemania y República Checa les siguen de cerca. Ambos países disfrutan de una geografía mayoritariamente amable y de cierta tradición ciclista, tanto en lo recreativo como en lo práctico. La cuenca del Ruhr, muy cercana al Benelux, disfruta de una densidad de vías igual de alta que Países Bajos. En Bohemia y Moravia el volumen de carriles es estupendo, y permite cruzar el país de este a oeste sin dejar de dar pedales.

Nada Igual No hay nada igual en el mundo. Países Bajos y alrededores.
Tour De Flandes Flandes, la capital mundial del ciclismo.
Alemania Alemania también disfruta de una respetable red de carriles.

El resto de Europa le va a la zaga. En España hay cuatro grandes zonas: la sierra de Granada; la sierra de Guadarrama; la Sierra de Guara y el Pirineo aragonés; y diversos puntos de la provincia de Valencia. En Francia ganan predominancia los Pirineos y muy especialmente los Alpes, gracias al vivero cicloturista; y en Italia los alrededores de ciudades como Módena, Padova o Milán. Croacia también cuenta con numerosos carriles, especialmente en Istria.

Reino Unido, Dinamarca, Suecia y Finlandia ofrecen numerosas alternativas. En el resto de Europa encontrar vías ciclistas es más complejo, como también lo es en Asia, África o Latinoamérica. Sólo Estados Unidos o Canadá, excepciones más allá del viejo continente, disfrutan de vías interregionales que sobrepasen a las ciudades (sus carriles también están contabilizados).

OpenCycleMap es una herramienta fabulosa para comprender no sólo cómo se construye una infraestructura ciclista, sino también, en caso de que gustes de salir a dar pedales el fin de semana, para encontrar caminos pacificados y accesibles, sin riesgos. El mapa incluye información sobre tiendas de bicicletas, talleres, aparcamientos, hospitales, cafés y un sinfín de servicios, y marca diferencias entre sendas pavimentadas y de grava.

Un instrumento fantástico para planificar tu ruta.

Antiguo Imperio Chequia, Eslovaquia y parte de Polonia.
Norte De Italia Istria El Norte de Italia.
Suiza Suiza.
Nueva York Nueva York.
Mexico Ciudad de México en detalle.

¿Cuánto ocupan los cultivos, las ciudades y los bosques sobre la Tierra? Este mapa lo ilustra

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¿Cuánto ocupan los cultivos, las ciudades y los bosques sobre la Tierra? Este mapa lo ilustra

A mediados del pasado siglo, Norman Borlaug y un nutrido grupo de agrónomos estadounidenses sentaron las bases de lo que, años más tarde, sería bautizado como la "Revolución Verde". Borlaug y compañía plantearon la introducción de cultivos cerealísticos altamente productivos, abogaron por el empleo de pesticidas y fertilizantes, y sugirieron nuevas técnicas de irrigación. El resultado fue el despertar técnico del campo.

Uno que permitió multiplicar las cosechas, extender los cultivos y salvar de la hambruna a millones de poblaciones. Aquellas innovaciones transformaron nuestra relación con el medio de un modo intenso. Durante los mil años previos al siglo XX, el ser humano se había valido de menos de 1.000 millones de hectáreas para cultivar y dar de comer a su ganado. En 2019, la cifra supera los 4.000 millones.

Naturalmente, la revolución verde no ha estado exenta de externalidades negativas. Pese al singular reverdecimiento experimentado por los países occidentales, donde la agricultura ha pasado a un tercer plano económico, hoy la suma conjunta de pastos y cultivos ocupa la mayor parte de la superficie terrestre. Nada más y nada menos que el 34% de todo el suelo hábil.

Lo ilustra este magnífico mapa de Our World in Data, elaborado a partir de las estadísticas ofrecidas por el Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El trabajo evidencia la extensión de la actividad humana a lo largo y ancho del planeta. Sólo los pastos (27%) superan en extensión a los bosques (27%) y a las tierras desérticas (19%).

Le siguen de cerca los glaciares (un 10%), merced a las impresionantes dimensiones de la Antártida, los sotobosques y la maleza (8%), los cultivos (un 7%, la totalidad de China, Japón y el sudeste asiático), el agua dulce (un 1%) y los espacios urbanos (otro 1%). Resulta llamativa la preponderancia de las ciudades, una que irá a más en el futuro al concentrar a la mayoría de la población, cuando al suma de todas las edificaciones humanas apenas cubre la superficie de Libia.

Mapa Cultivos (Our World in Data)

Si nos fijamos únicamente en la "tierra habitable", es decir, la superficie donde los humanos pueden desarrollar de forma efectiva sus actividades económicas, el 50% está dedicada a la agricultura (el 23% de esta) y a la ganadería (el 77%). Una paradoja en la que incide el movimiento vegano. Pese a su desproporcionada importancia geográfica, la ganadería (la carne) sólo produce el 18% del consumo calórico mundial.

Los cultivos, gracias en parte a la Revolución Verde, nos entregan el 83% de la ingesta calórica utilizando apenas el 23% del terreno dedicado a la producción alimentaria.

Pese a su declive en términos relativos, otro mapa de Our World in Data ofrece pistas sobre la tremenda importancia geográfica (y visual) de la agricultura. Países como España, Francia o Alemania, donde la actividad agropecuaria no supera el 3% del PIB, siguen dedicando entre el 47% y el 53% de su terreno a cultivos o pastos. Una dinámica extendida por todo el orbe occidental, con pequeñas excepciones (Canadá o los países nórdicos).

Los mapas, en fin, son una valiosa herramienta para entender la forma en la que ocupamos el terreno de la Tierra, los usos que le damos, y el inmenso hito agrícola que la humanidad consumó a lo largo de los últimos cien años.

Imagen: Our World in Data

Lo que estudiaron las personas más ricas de cada país del mundo, explicado en estos mapas

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Lo que estudiaron las personas más ricas de cada país del mundo, explicado en estos mapas

El acceso a la formación universitaria se ha convertido en uno de los mejores predictores de riqueza en las sociedades occidentales. La brecha entre los más educados y aquellos que abandonaron el sistema de formación antes de llegar a la facultad ha ido a más durante las últimas décadas. Y una de las mejores formas de prever si un niño tendrá más o menos renta futura es observar la formación educativa de sus padres.

Es algo más o menos nítido en función del país, pero en líneas generales, especialmente en países que han sufrido de forma más acuciante los efectos de la crisis económica, el ascensor social se ha roto. O funciona de forma imperfecta, más lento, más trastabillado. Hay pues una correlación entre mayor riqueza y mayor educación universitaria, pero no es un equilibrio perfecto. Millonarios sin educar los hay por doquier.

El ejemplo más evidente es Amancio Ortega, el hombre más rico de España y uno de los cinco más acaudalados de mundo. Nacido en un remoto pueblo de la montaña leonesa, Ortega montó un imperio textil sin haber pasado por las altas esferas de la academia. Es una situación que se repite a menudo en otros países del mundo, auténticos ejemplos de los "hombres o mujeres hechos a sí mismos", conquistando el sistema desde abajo.

Hay otros ejemplos que cuentan lo contrario. Estos gráficos y mapas elaborados por Resume.io son un buen ejemplo de ello. Partiendo de los listados de personas más ricas de mundo elaborados por distintas publicaciones, las infografías analizan los credenciales académicos (o la ausencia de ellos). Los resultados son interesantes.

En al menos 28 países la persona más rica no tiene mayor aval estudiantil que la mayoría de la población. Muchos de ellos se encuentran en Asia y África, pero también en Europa. Singularmente, los países del sur del continente (España, Portugal, Italia, Grecia y Rumanía, el grueso de los PIGS) se encuentran entre ellos. También Nueva Zelanda, gracias a Graeme Hart, inversor privado de gran éxito.

Es la categoría más poblada, pero no es la norma. Los gráficos desglosan por especialización académica. En realidad, la mayoría de multimillonarios sí tienen algún tipo de título universitario. Imperan las finanzas (26 de los casos analizados), la economía (22) y las ingenierías (21). Más por debajo quedan los abogados (13), la ciencia política (12, sorprendentemente) y las ciencias puras (7). Hasta cinco tienen varias carreras, mientras que sólo dos son médicos, historiadores o estudiaron Educación.

Por colores, la relación es la siguiente: morado, sin estudios; gris, con estudios pero de especialización desconocida; azul claro, Finanzas; verde, Economía; rojo, Ingenierías; naranja, Derecho; azul oscuro, Políticas; lima, Ciencias; dorado, varias titulaciones; morado, Ciencias Sociales; índigo, Ciencias de la Computación; turquesa, Medicina; azul, Matemáticas; coral, Historia; amarillo, Medicina.

mapa general La distribución de titulaciones por países.
america América del Norte.
Europa Europa.
África África.
Asia Asia.
América del Sur América del Sur.
Oceanía Y Oceanía.

Dos hombres han creado un "sándwich de la Tierra". Una rebanada en España, otra en Nueva Zelanda

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Dos hombres han creado un

He aquí una historia sólo concebible desde los confines de Internet: dos jóvenes han creado un "sándwich de la Tierra" colocando dos rebanadas de pan en dos puntos del planeta diametralmente opuestos. Es decir, en sus antípodas. Tan feliz hallazgo ha unido por medio del pan de molde a Auckland, en Nueva Zelanda, y a un remoto rincón de la provincia de Cádiz, en España.

Sí, es absurdo. Y sí, es una tendencia.

"¿Hacemos un bocadillo?". La idea surgió de Etienne Naude, estudiante neozelandés interesado en la mecánica del proyecto y sin nada mejor que hacer durante sus vacaciones de verano. Utilizando uno de los múltiples mapas de antípodas disponibles en la red, descubrió que el punto opuesto a Auckland, su ciudad natal, se encontraba en algún lugar situado entre las provincias de Cádiz y Málaga.

Acudió a Reddit y preguntó si había alguien disponible para el experimento.

La respuesta. "Sí", confirmó Ángel Sierra al otro lado del planeta. Como explica a la BBC, la idea le pareció interesante porque "puede ayudar a mostrar a la gente cómo colaborar a lo largo del planeta... Pensé que estaba haciendo algo más grande que mí mismo". Tras cuadrar horarios (doce husos separan Andalucía de Nueva Zelanda), el tipo de pan y la localización exacta, voilà. Bocadillo global.

Los lugares. Si hay alguien interesado, las coordenadas son las siguientes: 36.86377, -5.09969 en España, cerca de Olvera, uno de los pueblos más interiores de la provincia de Cádiz; y -36.86377, 174.90031 en Nueva Zelanda, una playa en un suburbio de Auckland. La dificultad estribaba en identificar el punto exacto. La mayor parte de las antípodas caen en medio del océano.

Antecedentes. La idea puede parecer alucinante, pero dista mucho de ser original. A principios de este año un youtuber australiano rizó el rizo: un bocadillo de la Tierra colocando una rebanada de pan en Perth, Australia... Y otra en Bermuda, una isla diminuta en medio del Atlántico. La logística resultó más complicada, y el resultado ligeramente decepcionante (no es la antípoda exacta).

Antipodas No hay muchas opciones.

Fakes, triunfos. Son numerosos los "bocadillos" que unen dos puntos no diametralmente opuestos, como uno viralizado hace dos años entre la India y Estados Unidos. El reto consiste en hallar la antípoda. Este mapa ilustra hasta qué punto es complicado (excepto si resides en Argentina, cuyas antípodas casi siempre caen en China). De ahí que el "sándiwch", bien hecho, tenga mérito.

La idea original surgió de la mente de Ze Frank, humorista/artista estadounidense que planteó a su audiencia el reto del "sándwich terrestre" en 2006. Su primer triunfo vino precisamente uniendo España con Nueva Zelanda. Y más tarde otros puntos de improbable relación como Fiji y Mali. Catorce años después, tiene herederos.

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